
Imagina que alguien busca tu marca en Google y encuentra un anuncio igual al tuyo —mismo título, mismo tono, misma imagen—, pero al hacer clic acaba en otra web. A veces es un competidor. Otras, un afiliado que actúa de forma desleal. O incluso una página desconocida. Sea como sea, ese clic debería haber sido tuyo.
Eso es el secuestro de anuncios, o ad hijacking: una de las formas más sofisticadas, silenciosas y costosas de fraude digital. Solo en 2023, este tipo de práctica provocó pérdidas estimadas en 12,6 mil millones de dólares, un 15 % del despilfarro global en publicidad online.
¿Qué es exactamente el secuestro de anuncios?
En pocas palabras, el secuestro de anuncios ocurre cuando alguien se hace pasar por tu marca en campañas de pago. Copia tus anuncios, compra tus palabras clave y roba el tráfico que te corresponde.
Se da sobre todo en dos formas:
- Affiliate hijacking. Sucede en programas de afiliados. Algunos partners copian tus anuncios y añaden redirecciones ocultas. El usuario cree hacer clic en el anuncio oficial, pero pasa por el enlace del afiliado. El resultado: pagas comisión por una venta que ya era tuya. Según datos de Neil Patel y Affiliate WP, hasta un 30 % de las comisiones en afiliación provienen de prácticas de este tipo.
- Competitor hijacking. Tus competidores compran tus keywords, imitan tus anuncios y redirigen al usuario a sus propias páginas. El resultado: pierdes tráfico de alta intención y tu marca se debilita justo en el momento clave de la conversión.
¿Por qué es tan difícil detectarlo?
El ad hijacking está diseñado para pasar desapercibido, usando tácticas realmente sofisticadas para que nadie se dé cuenta:
- Geotargeting: muestran los anuncios solo en ciertas zonas.
- Dayparting: activan las campañas en horarios donde nadie las revisa.
- Cloaking: presentan un anuncio limpio para aprobación y otro real para el usuario.
- Buscadores secundarios: operan en entornos con menor control, como Bing o redes pequeñas.
El resultado: mientras tu equipo analiza los informes oficiales, otros se quedan con tu tráfico en tiempo real.
Un impacto mucho más grave de lo que parece
El impacto no solo se mide en euros perdidos. También sesga tus datos y daña tu reputación teniendo un impacto directo en tus resultados a corto, medio y largo plazo.
– Presupuesto drenado: pagas clics, comisiones e impresiones que no aportan valor.
– CPC inflado: compites contra ti mismo y tus pujas suben.
– Métricas distorsionadas: tus informes se basan en conversiones falsas.
– Riesgo reputacional: los usuarios asocian su mala experiencia a tu marca.
– Riesgos legales: en sectores regulados, un anuncio falso puede tener consecuencias serias.
Según PwC, el 85 % de los consumidores evita marcas que percibe como inseguras. Si alguien cae en un anuncio falso creyendo que es tuyo, el daño va directo a tu marca, no al estafador.
Casos reales en todo tipo de empresas
Estos casos demuestran que el secuestro de anuncios no entiende de sectores: afecta por igual a ecommerce, empresas tecnológicas o entidades financieras.
- Nike ha reportado casos en los que los consumidores hacían clic en anuncios que imitaban su comunicación, pero acababan en webs de terceros que vendían productos falsificados.
- Sector viajes: agencias como Expedia y Booking han sufrido secuestros masivos de anuncios, con afiliados desviando reservas legítimas para ganar más comisiones.
- Banca y seguros: anuncios falsos de marca han redirigido a clientes hacia sitios de phishing, generando riesgo de fraude de identidad.
Cómo detectar y prevenir el secuestro de anuncios
La prevención requiere una monitorización permanente que se complemente con un análisis constante:
1. Buscar regularmente tu marca en Google y auditar los anuncios que aparecen.
2. Simulaciones con VPN: probar búsquedas desde distintas regiones para detectar geo-targeting
3. Auditar afiliados: analizar picos de conversión en horarios o zonas inusuales.
4. Herramientas de monitorización continua: plataformas como Bluepear simulan el comportamiento real de los usuarios para identificar hijacks invisibles.
5. Recogida de pruebas: registrar capturas, redirecciones e IDs de afiliados para emprender acciones legales.
6. Reportar y actuar: denunciar a plataformas y reforzar las cláusulas contractuales en los programas de afiliados.
Lo que realmente está en juego para los responsables de marketing
El mayor riesgo no está en el dinero. Está en que el fraude te hace creer que tu estrategia funciona cuando en realidad está siendo manipulada.
Si tus informes reflejan clics y conversiones infladas, estás tomando decisiones con datos distorsionados. Y eso compromete toda tu estrategia.
Para un responsable de marketing, la conclusión es evidente:
- No delegues completamente el control del seguimiento a las plataformas.
- Exige auditorías independientes de tus datos de medios.
- Y sobre todo, trata la protección de marca como una prioridad estratégica, no como un aspecto operativo.
Evita que tu propio ecosistema utilice la fuerza de tu marca en tu contra
El secuestro de anuncios es especialmente dañino porque viene desde dentro de tu propia estrategia de medios. Afiliados, partners o competidores pueden estar utilizando la fuerza de tu marca para su propio beneficio.
En un entorno cada vez más automatizado y saturado, protegerse del ad hijacking se ha convertido en una parte esencial de una estrategia de marketing controlada y sostenible.
En Click Alert te ayudamos a detectar, documentar y frenar el tráfico secuestrado. Te damos visibilidad real sobre dónde se pierde tu inversión y te ayudamos a recuperarla.
Porque al final, el peor anuncio no es el del competidor, sino el que parece tuyo… pero no lo es.
→ Solicita un diagnóstico gratuito y descubre hasta qué punto el secuestro de anuncios puede estar afectando a tu marca.